09 junio 2008

Diarios de una Motocicleta - Episodio III - Una nueva Esperanza



Esta entrada va a ser larga. Es inevitable.




La historia comienza en 1947 en Inglaterra. Yo me incorporo en el año 1999. La motocicleta, restaurada y funcionando se vendía en el sitio de subastas por internet en que yo trabajaba, en Buenos Aires. Me enamoré y con más corazón que cabeza la compré. Bueno, aposté y gané la subasta. Luego fui a verla a una villa de Buenos Aires a la que no sé si sabría y definitivamente no querría volver y tras una escueta (ahora pienso que cateta) verificación, entregué el dinero y me la llevé al garaje de mi amiga Ale muy cerca del apartamento en que vivía en la calle Callao. Estas dos primeras fotos son tomadas en el garaje de Ale con la moto en su estado "original" cuando la compré.




La moto era una Royal Enfield (y la Wiki) monocilíndrica de 500cc, concretamente una J2 del año 47 pintada en un discreto pero elegante azul metalizado. Provenía del servicio de Correos Argentino según me dijo el propietario que la había comprado a otro particular que a su vez la había adquirido en una subasta pública en 1988 si no me falla la memoria. O sea que soy el cuarto propietario. Esto encaja por que la J2, un extraño modelo monocolíndrico con dos escapes se fabricó sobre todo para la exportación.


Como vivía en Buenos Aires y venía a España de vacío cada tanto tiempo, tras darme un par de paseos en ella, la fui desmontando para traerla poco a poco en cada vuelo. El sillín, el faro, los escapes...


Mi vuelta a España se precipitó y no me dio tiempo a desmontarla ni traer todo... me traía el Rickenbacker CS 4001 Chris Squire que había comprado también en una subasta on-line pero en eBay, un pequeño amplificador Hartke (que nunca llegó a España... Viva DHL) y varias maletas de ropa y efectos personales.

Quedaba mucha moto en Buenos Aires.

En algún momento dado, Ale dejó de alquilar la plaza de garaje, había que sacar la moto de allí. Juan Lanfranco (Finitud), se convirtió en su guardián con ayuda de Leo Bacarelli, Alejo (Choco) Blaker y Juanpi Bruzzo.

Le pedí a Fini (mi maestro en el nunca dominado arte del motocross) que la rescatara del garage de Ale. Se llevó a cuerpo gentil (carga en su auto (el motor aún estaba lleno de aceite "como quedó el pobre Leoncito"), la llevó a casa de su primo Javi y con mucha paciencia pasó un fin de semana desarmando lo que pudo. Volvió a cargar todo al auto (ya le había vaciado el carter) y "las piezas sueltas eran de menor peso que toda junta (aunque el motor rondaba facilemnte los 60 kilos segun Cocho)" y se la llevó a su apartamento de 40 metros (vuelta a cargar todo para subir al ascensor, su pobre espalda a esa altura, ya a la miseria). ¡GRACIAS FINI!

Más tarde, embaló partes del chasis y los guardabarros, para que Sole los llevase en su viaje. Las ruedas, el motor, una caja con piezas pequeñas y algo más, se quedaron en su casa casi 2 años, "largando su lindo olorcito a aceite (parecía un taller al entrar) y mugre", hasta que finalmente por su mudanza a otro apartamento, llevó todo al sótano de Deremate con Leo Baccarelli.

Sole Rocchi se trajo como decía lo que quedaba del chasis... Gracias ídola; ya faltaba menos. Intenté traer lo que quedaba (mucho) por algún mensajero y descubrí que las motos antiguas no se pueden sacar de Argentina, son bien de interés cultural... mierda ya era tarde, estaba toda desarmada y en buena parte ya aquí. Pero nadie se iba a traer ese peazo de hierro, las ruedas (medio motor y caja de cambio, me había faltado una llave de filtro de aceite para separarlos)...

Cuando volví a Buenos Aires en noviembre de 2004 para el casorio (la boda) de Detry y Canale, me traje las ruedas (¿Las ruedas me las traje las dos o una se la trajo luego Rodrigué o León?... ya no me acuerdo) y parte del motor. Ya sólo quedaba ese bloque... Finitud lo defendió con uñas y dientes. Se precipitó la cosa con la venta de Deremate a otra compañía, la Royal ya no estaba segura allí. Pero la suerte hizo que entonces yo tuviera un par de clientes (y amigos) argentinos. Diego Rodrigué y Diego León. Diego León se encargó de que recogieran el motor, lo separasen del cambio en un taller de confianza, los embalasen por separado y se lo trajeron los dos de Buenos Aires a Madrid como equipaje... sin palabras.... a todos GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS Hoy me decía Fini que "en los pasillos de Deremate todavía se oye el fantasma del motor de la Enfield". jajajaaa


En paralelo me he ido documentando. Tengo un manual original de piezas de la Royal Enfield J2 del año 49 comprado en eBay UK, y un folleto publicitario de Royal Enfield de 1950 que incluye toda la gama que la compañía fabricaba entonces incluyendo la J2. Poco útil pero precioso, habría sido el material publicitario con que uno lo habría comprado en aquel entonces.


Como literatura adicional de referencia tengo dos manuales de mantenimiento de Royal Enfield hechos por dos especialistas de la época ambos originales de entonces, ya os hablaré de ellos, un par de libros modernos sobre la historia de Royal Enfield que incluyen datos de los modelos de cada año incluyendo la combinación de colores en que se fabricaba y el Motocicletas de Arias Paz del 61 pero que incluye referencias a estas motos.... Por último, lo más útil junto con el manual original de piezas: el libro de Jeff Clew "the Restoration of Vintage & Thoroughbred Motorcycles", biblia de todo restaurador.


También conseguí por Internet un par de llaves fijas originales Royal Enfield a través de eBay Canadá, para llevar en el maletín de herramientas de la moto y un juego de juntas de motor nuevo y completo de un proveedor especializado con un tubo de junta líquida (Wellseal).




El año pasado, Soki y yo iniciamos la tarea de desmontar el motor para ponerle las juntas nuevas. Limpiamos la culata y la llevamos a arenar y pintar a frenos Fuentes. Un gran trabajo. La camisa del cilindro, perfecta.


Desde entonces, la moto parada. Como hoy es YA mi cumpleaños, me voy a hacer un regalo: un plan de restauración factible, en tres episodios.


1. Primero, montarlo todo como estaba salvo la pintura que será nueva y las juntas de motor. Habrá que ponerle el filtro de aire que no estaba en la primera restauración y alguna cosita más. Que la moto ande... Conseguir las pegatinas y la datación exacta de la máquina a través del REOC (Club de propietarios de Royal Enfield).


2. completarla con el sistema eléctrico de luces, bocina etc. Matricularla.


3. detalles y pijadicas, restaurar el sillín, conseguir las herramientas, etc etc.

4. (inevitable) El Robocop...

Como veis, esta historia, al igual que la Guerra de las Galaxias empieza por la mitad. el título no puede ser más apropiado.


Espero contar con ayuda de Soki y algún otro voluntario en lo mecánico, de mi cuñao para pintura y diversos y del Rentero para documentar avances y redactar alguna cosica... y la paciencia de mi Mamen que sabrá comprender, como siempre.


Seguiremos informando puntualmente. Feliz cumpleaños, que me lo merezco.