No siempre podrás elegir tus problemas, muchos de ellos serán sobrevenidos e inesperados. Aunque también es cierto que nos buscamos más complicaciones de las necesarias, no controlamos todo lo que nos ocurre a nosotros o nuestro entorno.
Pero sí puedes elegir tus preocupaciones. Hay una Máxima Zen dice “si no puedes solucionarlo, ¿porqué te preocupas?, y si puedes solucionarlo ¿Porqué te preocupas?”.
La preocupación es muchas veces una forma de vida para muchos de nosotros y al preocuparnos o coloquialmente “agobiarnos” por un problema nos creamos un problema más, el de la preocupación en sí que puede tener consecuencias psicológicas e incluso físicas. Esto, lejos de querer decir que haya que desentenderse de los problemas o mirar para otro lado, debe llevarnos a reflexionar sobre la oportunidad de aprender en cada error y a desarrollar una capacidad de trabajo lo más eficaz posible en la solución y prevención de los problemas, cuando dicha solución sea posible.
Recuerda: No siempre podrás elegir tus problemas, pero sí puedes elegir tus preocupaciones.
3 comentarios:
Es usted un puto filósofo, KaunseLord.
graciaaaaaas
da gusto tener lectores fieles y satisfechos, supongo. Yo de momento tengo uno :o)
Siempre me he dejado S.S. muy satisfecho... heterosexualmente hablando, of course!!!
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