09 junio 2011

quo vadis #acampadamurcia?

Han pasado muchas cosas desde mi última entrada y esto va tomando una deriva complicada.

El fin de semana pasado estuve con la gente de #quedadatuitera. Fue interesante, podría haberlo sido más si no el lugar de encuentro no hubiera sido un bar de copas, por la noche. No se oía nada. Pero bueno allí estuve con mi madre que le gustó la experiencia. No había más de treinta personas. A la mañana siguiente tocaba la quedada de empresarios y autónomos indignados, no pude ir. Creo que eran no más de diez.

Que haya gente en España que se quita tiempo de cañas o copas para hablar de política y renovación democrática me parece alucinante, una gran noticia. Sólo por eso me parece que ha valido la pena todo esto.

Pero la deriva que está tomando una parte del movimiento no puedo compartirla. Hay una serie de inadaptados sociales que pretenden reivindicar el derecho a invadir supermercados, empresas y hacer de la acampada una forma de vida. Hoy frente al Congreso, mañana el Senado, pasado mañana vaya usted a saber, porque sí. No puedo aprobarlo.

Y es una mala idea. Toda radicalización del movimiento llevará a su marginalización. Cada vez representarán a menos gente. Y eso será su muerte. Esta idea debería estar muy clara para todos y sin embargo veo que se camina en la dirección contraria.

Hay una parte que es inevitable. Los inadaptados van a seguir tratando de hacer su agosto (y septiembre y lo que les dejen) a costa de los demás.

También veo algún que otro idealista inconcreto. Gente que le "gusta la idea" de ser revolucionario, salir a la calle, quejarse, pero que cuando hablas un poco están algo o muy confundidos. Sobre todo con los temas económicos y sociales porque los sistemas utópicos de referencia cayeron hace tiempo y claro aspirar a Cuba o Venezuela de verdad sólo aspiran muy pocos afortunadamente.

Si algo bueno ha de quedar de todo esto será a través del consenso de mínimos y de la extensión social del movimiento. Y como digo en esto momentos la cosa va hacia abajo, no hacia arriba.

El acuerdo de mínimos está fraguado hace tiempo, sólo hay que decidirse a perseguirlo sin más titubeos. Centrar los esfuerzos en conseguir esos objetivos y en ampliar la base de apoyo social es la única forma de conseguir algo concreto y positivo.

Dejémonos de debates. Los puntos de consenso ya están claros. Sólo hay que trazar un plan de comunicación y perseguir eso con coherencia y constancia.

Será la única forma de conseguir que la clase política reaccione y se consigan los objetivos de revitalización democrática.

Javier Fernández Gallardo

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy de acuerdo en todo. Es una pena que se aprovechen u apoderen del movimiento cierta gente y le añadan cargas extras que ralentizan la consecución de la idea principal