Es una orden.
La felicidad del año que viene no dependerá de las uvas ni nada especial que ocurra en la noche del 31. Pasadlo muy bien esa noche que para eso está pero no os confundáis. La felicidad del año que viene nos la forjaremos cada uno día a día. Yo voy a ser feliz, ya lo he decidido y también he decidido ayudaros a serlo en la medida de lo posible. Aquí me tenéis.
4 comentarios:
¡Gracias, viajero! Seguro que tendrás un feliz 2010. Un virtual abrazo.
empieza bien... en Granada para hacer honor al nombre :o) virtually yours, ..
Y lo poquico que cuesta ser feliz contigo cerca, KL...
Joder que me sacas los colores, leche
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